jueves, 10 de marzo de 2016

El Museo Británico, la conformación de las colecciones públicas



El Museo Británico. El primer museo europeo, pionero como institución pública, pensada para albergar y acercar la cultura a la sociedad.

En 1753 comienza la historia del Museo Británico. El Parlamento Británico adquirió en ese año la colección del médico, naturalista y apasionado coleccionista irlandés, sir Hans Sloane. Dicha colección albergaba alrededor de 70.000 piezas.

Ésta adquisición complementaba la previamente adquirida biblioteca de sir Robert Cotton y la colección del anticuario Robert Harley, que ya eran públicas. De esta forma se constituyó el primer museo de la historia promovido y tutelado por un Estado.

Como sede de esta nueva colección pública, se escogió un pequeño palacete del siglo XVII, Montagu House, en Bloomsbury, Londres.


La compra de este edificio y de la colección de sir Sloane por parte del Estado, se financió con una lotería pública expresamente creada para este fin. Iniciativa por parte del gobierno para alentar la conciencia pública y ciudadana del Museo.

El British Museum abrió sus puertas al público el 15 de enero de 1759. Desde ese momento hasta la actualidad el crecimiento de los fondos ha sido constante. Han sido numerosas las donaciones y adquisiciones, por lo que no procede nombrarlas todas, pero sí destacaremos dos adquisiciones transcendentales que evidenciaron la identidad del Museo Británico con el propio Estado.

Tras la victoria inglesa sobre Francia se firmó en 1801 el Tratado de Alejandría, en el cual se estipula que los restos arqueológicos hallados por el ejército francés pasarían a manos inglesas, entre ellos la Piedra Rosetta. La victoria de Nelson también trajo consigo otra importante adquisición. Los turcos se convirtieron en aliados de los británicos, por lo que Lord Elgin, el embajador inglés en Constantinopla, decide pedir permiso para desmontar y transportar los relieves del Partenón (en esa época en territorio turco). La respuesta que obtuvo el embajador fue el permiso para “llevarse cualquier resto de piedra con inscripciones o figuras […]”. Lord Elgin se las llevó a su casa, hasta que en 1816, agobiado por las deudas y el coste de mantenimiento, dona las piezas al Museo Británico.

A principios del siglo XIX, se comenzó a pensar en la necesidad de un espacio más grande para albergar las colecciones del museo, que seguían aumentando. Un edificio de mayor dignidad y tamaño. Robert Smiker, arquitecto premiado por la Royal Academy y militante en el llamado “Greek Revival”, fue el elegido para diseñar el nuevo museo. La construcción tuvo lugar entre 1852 y 1857. Previamente, en 1845, fue demolido Montagu House, en cuyo solar se levantó el edificio.


El nuevo museo respondía a los gustos neoclásicos de la época, con los que se identificaba perfectamente el arquitecto. Una gran fachada rematada por un gran frontón y atrio de enormes columnas jónicas. A imitación de un imponente templo griego, al servicio de la cultura de la humanidad.


Fdo.: Nerea Barquín Arbeiza

1 comentario:

  1. Es interesante conocer el nacimiento y proceso evolutivo de la conformación del primer museo que albergó colecciones públicas, entendiendolo por tanto como precursor de la generalizacion y el acceso al ciudadano medio. Es un tema muy prolífico dado que comprende un punto de inflexión en la historia del arte. Muy buena entrada. Alicia Serrano

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